Fallece Sánchez Dragó a los 86 años en su casa de Castilfrío de la Sierra (Soria)

El escritor, que iba a recibir el Premio Castilla y León de las Letras este mismo mes, ha fallecido de un infarto

El escritor madrileño Fernando Sánchez Dragó, hijo adoptivo de Soria desde 1992, falleció en la mañana de hoy lunes a los 86 años de edad en su casa de la localidad soriana de Castilfrío de la Sierra, donde sufrió un infarto, según confirmaron a Ical fuentes cercanas. El dos veces ganador del Premio Nacional de Literatura (en 1979 en la categoría de Ensayo y en el año 2000 en Fomento de la Lectura) había sido distinguido como Premio Castilla y León de las Letras el pasado 20 de febrero, lo que despertó cierta polémica, y en menos de dos semanas estaba previsto que recibiera el galardón.

El jurado acordó, por unanimidad, concederle este galardón “por la amplitud y la solidez de su obra, torrencial, apasionada e inquieta, y siempre entreverada de elementos autobiográficos y visionarios, a la vez que fiel memoria de toda una generación y una época”. Además, valoró “el vínculo especial que el autor ha entablado con la provincia de Soria, siguiendo la tradición literaria de escritores tan ilustres como Antonio Machado o Julián Marías”.

Según recordó tras conocerse el fallo, ese premio llegó para él “cargado de significación y emoción” tanto por su vinculación “personal, vital, existencial y literaria” con la Comunidad, especialmente con la provincia de Soria, que “viene de larga data”, como por ser un premio que recibe “en familia literaria”.

Sánchez Dragó apuntó que, además de pasar en dicha provincia su infancia y adolescencia, cuando se marchó al exilio durante siete años, “en tierras tan lejanas como Japón”, soñaba con regresar a España e instalarse en Soria, una “presencia constante” en su vida y donde, recordó, fue designado como Hijo Predilecto.

“Es la provincia que más fronteras tiene, crisol y tierra de paso donde se habla el buen castellano y a la que llevo vinculado 82 años”, rememoró el escritor, que también se reconocía en la descripción del jurado del Premio Castilla y León de las Letras cuando define su escritura como “torrencial, apasionada e inquieta”.

“Soy inquieto como un rabo de lagartija, ya que a los 20 años fui encarcelado, a los 22 años me casé y a los 23 tuve mi primer hijo, y he vivido en varios países del mundo”, comentó, además de también definirse como “apasionado, aunque la vejez me va calmando” y reconocer su escritura como “torrencial” porque, frente al “drama del folio en blanco” que, señaló, sufren algunos literatos, en su caso el problema es el del “papel excesivamente repleto” por la multiplicidad en el uso de “adjetivos y sustantivos, de formas coloquiales y cultas de la lengua”, un idioma del que los “jirones” han estado “muy presentes” en su obra.

 

Una vida intensa

Fernando Sánchez Dragó nació en Madrid en 1936, aunque es hijo adoptivo de Soria desde 1992. Hombre de cultura y formación multidisciplinar, recurría a palabras de Baroja para calificarse a sí mismo como un hombre “humilde y errante, escritor y viajero”. “Pretende ser un hombre sin etiquetas, que no tiene ni dios ni ley ni patria ni rey ni frontera ni bandera, que va a pecho descubierto y desnudo por el mundo”, escribe en su perfil de su web personal.

A los cinco años fundó, dirigió y redactó un periódico autógrafo: ‘La Nueva España’. Licenciado en Filología Románica y Lenguas Modernas (Sección de italiano), fue profesor de Lengua, Literatura e Historia de España en universidades de países como Japón, Senegal, Marruecos y Kenia, además de dirigir Cursos de Verano en El Escorial, Almería, Sevilla, Cuenca y Ávila. Como escritor cultivó la narración, la reseña literaria, el ensayo y la colaboración en prensa y revistas.

También en su web oficial recordaba cómo, a lo largo de su vida, fue “una persona comprometida con diversas causas”, como su intervención en las algaradas antifranquistas de finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta, lo que le valió cinco procesos, diecisiete meses de cárcel y siete años de exilio. “En su juventud fue un hippy izquierdista de los que se apuntaban a mayo del 68 y se dedicaban a correr mundo con la mochila cargada a sus hombros. Hoy, él mismo se define como anarcoindividualista”, añaden.

“Sánchez Dragó ha sabido adaptarse a la evolución de la sociedad, hecho que no ha sido bien visto por todos. Sin embargo, desde su izquierdismo antifranquista de la juventud hasta su condición liberal –en el sentido amplio de la palabra– de estos últimos tiempos, ha recorrido un camino que le ha conducido hasta llegar al orientalismo espiritual”, relatan.

Entre sus galardones destacan el Premio Nacional de Ensayo por ‘Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España’ (1979), el Premio Planeta por ‘La prueba del laberinto’ (1992), el Premio Espiritualidad Martínez Roca por ‘El sendero de la mano izquierda: un código de conducta’ (2002), el Premio Fernando Lara de novela por ‘Muertes paralelas’ (2006) y el reciente Premio Castilla y León de las Letras (2022), que debía recibir en apenas dos semanas.

Viajero infatigable, recorrió un centenar de países. Fue enviado especial en numerosos destinos de Asia, África y América como colaborador de prensa. Su vida literaria estuvo frecuentemente ligada con su quehacer en medios de comunicación, tanto visuales como escritos, habiendo trabajado en televisión también en el extranjero, como en la Radiotelevisión Italiana y en la Japanese Broadcasting Corporation (NHK).

Fue colaborador habitual de ‘El Mundo’, ‘Época’, Onda Cero, la Cope y otros medios de información. En 1955 fundó la ‘Revista Aldebarán’; de 1963 a 1967, y de 1969 a 1971 fue colaborador de la RAI (Radiotelevisión italiana); trabajó en la televisión japonesa desde 1967 hasta 1971; fue columnista de las revistas en las publicaciones del Grupo 16, donde fundó el suplemento de libros ‘Disidencias’, en la SER, en Radiocadena (donde obtuvo el premio Ondas 1988 por su programa ‘El mundo por montera’) y en Televisión Española (con programas como ‘Encuentros con las Letras’, ‘Tauromagia’, ‘Biblioteca Nacional’, ‘La Noche – El Mundo por Montera’, ‘La Tabla Redonda’, ‘Negro sobre Blanco’). Entre 2004 y 2012 dirigió y presentó en Telemadrid el programa literario ‘Las Noches Blancas’.

En 2019 publicó ‘Santiago Abascal. España vertebrada’, un volumen donde el líder de Vox recordaba bajo la pluma de Dragó desde la influencia de su padre a su paso por el PP, la crisis con ese partido y el empezar de cero, hasta el feminismo, el europeísmo, los inmigrantes, las autonomías, la familia, los impuestos, el aborto, la mili o el amor y el divorcio. Este mismo año, Sánchez Dragó se erigió como uno de los principales ideólogos de la moción de censura planteada por Vox con Ramón Tamames como candidato, hace dos semanas y media.

 

Un premio polémico

Apenas un día después de conocerse el fallo del jurado del Premio Castilla y León de las Letras, que le eligió por unanimidad, el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, lamentaba la decisión y en el parlamentario autonómico censuraba el galardón a “un hombre que presumió de acostarse con niñas de 13 años”, en alusión a lo que el propio escritor narró en su libro ‘Dios los cría… y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción…’ (Planeta, 2010). Además, Tudanca se preguntaba “qué están haciendo con Castilla y León” los socios de la coalición de PP y Vox, a quienes acusó de acabar con el prestigio de Castilla y León al conceder ese premio, un galardón que el procurador de Ciudadanos, Francisco Igea, tildó de “ejemplo de clientelismo político”.

Sobre el galardón, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco recordó que “la trayectoria literaria y periodística de Sánchez Dragó ha sido premiada nacional e internacionalmente” para afirmar que el Premio Castilla y León de las Letras le reconocía como “uno de los mejores de los nuestros”. También el vicepresidente, Juan García-Gallardo, aseguró que la polémica sobre la calidad del escritor la sembraron “determinados medios que buscan ruido» y defendió que era «un gran escritor», antes de abogar por juzgar a los artistas por su arte.

El propio Sánchez Dragó se pronunció sobre la controversia, que calificó de “peccata minuta”. “Es como si me dieran el Nobel y dijeran que ha sido por tener una novia sueca”, valoró. “Qué tiene que ver la cercanía a un partido del arco parlamentario, votado por millones de españoles”, al que no pertenece, “con el hecho de que a un señor, con 53 libros en su haber y con cientos de páginas dedicadas a Castilla y León, le den el Premio de las Letras de Castilla y León”, se preguntó, para precisar que “ya se sabe que España es así, y más en un momento de “crispación”.

Sánchez Dragó lamentó que “es verdad que algunos grupos, algunos periódicos”, que no le tenían “excesiva simpatía”, intentaron vincular el hecho de que le hayan dado el premio a la cercanía que tiene con la formación de Santiago Abascal y a su amistad, de años, como tiene con políticos de otras formaciones.

“El premio ha armado mucho revuelo. He estado ayer todo el día concediendo entrevista tras entrevista, y el 95 por ciento de las reacciones, me quedo corto, ha sido favorable”, dijo. Además, afirmó que su candidatura a este reconocimiento ha estado en otras ocasiones encima de la mesa, cuando gobernaban Juan José Lucas o Juan Vicente Herrera. “Mi nombre ha estado sonando constantemente ahí, antes de que Vox existiera”, defendía.

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