Unos 18.000 estudiantes ‘despiden’ el año con una explosión de júbilo desde la Plaza Mayor de Salamanca

El Fin de Año Universitario hace vibrar a la juventud, propia y desplazada, que desde la capital del Tormes se come, a golpe de campanada, las ya tradicionales 12 gominolas en una cita que ha pasado, en dos décadas y media, de espontánea a imprescindible.

Unos 18.000 estudiantes, según confirmaron a Ical fuentes de la organización sobre el terreno, ‘despidieron’ este jueves el año con una explosión de júbilo en la Plaza Mayor de Salamanca. El Fin de Año Universitario no defraudó y la juventud, propia y desplazada desde todos los puntos del país, vibró con un acto organizado, un año más, por la Asociación de Empresarios de Hostelería y que ni el frío, rocoso hoy en la capital del Tormes, pudo contener.

Ya desde media tarde comenzaron a llegar jóvenes de distintos lugares de la geografía nacional, bien por carretera, en coches particulares o de economía compartida, en autobuses de línea, o bien por ferrocarril a la estación de Vialia, que aún adolece de las conexiones deseadas. La Policía Nacional y la Guardia Civil dispusieron de controles de alcoholemia y drogas a los conductores, tanto en las entradas como en las salidas de la ciudad, así como en las calles del casco urbano y en las avenidas de la primera vía de ronda.

 

David Arranz. / ICAL. La plaza mayor acogió un año más a miles de estudiantes para celebrar la nochevieja universitaria.

 

A las 19.00 horas comenzó el reparto de las bolsas con las 12 gominolas, que sustituyen a las tradicionales uvas, y las 20.00 horas arrancó oficialmente la fiesta de la mano del speaker Alberto Bautista y de artistas como DJ Alvama Ice, quien ejerció como cabeza de cartel de este año, o los locales Dani Serra, DJ Pedraza, Danigon, Diego Ma, Víctor González y Cheli Sound.

Las 12 campanadas volvieron a resonar con melodía de diversión una vez arribó, por fin, la medianoche a la Plaza Mayor, entre el fervor de miles de jóvenes dispuestos a constatar de nuevo la dimensión de Salamanca como ciudad universitaria y a consolidar una tradición que surgió de manera espontánea allá por el cambio de siglo.

 

La cara solidaria

En la misma Plaza Mayor se instalaron casetas con diferentes puntos de información dirigidas a la concienciación del público sobre la salud, el comportamiento cívico y respetuoso con el medioambiente. Hubo, además, un ‘Punto Arcoiris’ para la atención y promoción de la igualdad y la diversidad y un ‘Punto Violeta’ para la prevención de la violencia sexual.

Además de la Mesa del Tabaco para el reparto de ceniceros biodegradables y concienciación contra el tabaquismo, hubo un punto de información sobre el consumo responsable de alcohol de la mano de la ONG Controla Club, experta en drogodependencias y que fue premio Reina Sofia, bajo el lema ‘Piensa mientras bailas’, y otro de atención y prevención del acoso escolar a través de la Asociación contra el Bullyg y Ciberbullyng (Ascybc).

Asimismo, y dentro de la implicación con la sociedad salmantina que tiene el Fin de Año Universitario, desde sus inicios, una parte de la recaudación de las consumiciones en los locales se destinará a la asociación nacional de lucha contra el cáncer ‘We can be heroes’.

 

David Arranz. / ICAL. La plaza mayor acogió un año más a miles de estudiantes para celebrar la nochevieja universitaria.

 

De espontáneo a imprescindible

Un jueves, 18 de diciembre del año 1999, grupos de estudiantes de diferentes facultades de la Universidad de Salamanca acudieron de forma espontánea a las 12 de la noche a la Plaza Mayor de Salamanca para tomar las uvas como celebración del final de los exámenes trimestrales y antes de regresar a casa durante las vacaciones de Navidad.

Alumnos de las facultades de Farmacia, Medicina, Agrícolas, Turismo y los miembros del equipo de fútbol de Derecho, entre otros, formaron parte de esa primera celebración espontanea convocada de boca a oreja y por SMS de entonces, y que algunos documentan que se repartieron por la plaza en la zona de Cervantes o en la esquina de la calle Prior con Carrillo. Unos 30 estudiantes, que compartieron champagne, uvas y gominolas, fueron los primeros en despedir 1999 al cántico de «No nos mires, únete» para los salmantinos que pasaban por allí y contemplaban, sorprendidos y divertidos, una nueva ocurrencia universitaria.

La voz se iba corriendo cada mes de diciembre y se iban apuntando a despedir el año más compañeros y compañeras de la Universidad antes de irse de vacaciones. Tanto fue así que, en 2002, la celebración reunió a más de 400 estudiantes que acudían con sus botellas de cava y gominolas a la Plaza Mayor a una fiesta cada vez más organizada, y en 2003 se convocó, por primera vez, de forma oficial.

 

 

Actualmente, se ha convertido en imagen de marca de una de las ciudades universitarias más importantes de España, en un clásico de las Navidades españolas, con imágenes que dan la vuelta al mundo todos los años, y en una de las celebraciones más populares. De hecho, congrega a varias decenas de miles de personas en la plaza Mayor y a varios miles más en los actos posteriores a las campanadas universitarias y durante el fin de semana.

En total, según cifras de la organización, a más de 50.000 estudiantes de diferentes puntos de España y de otros países. Además, dada la dimensión turística y cultural del evento, este año la organización programó visitas guiadas para los estudiantes procedentes de fuera de Salamanca, ofreciendo la oportunidad de conocer su patrimonio cultural y fortalecer el vínculo entre el Fin de Año Universitario y la ciudad.

 

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