La Fundación Atapuerca y la UBU trabajan en un libro blanco para invitar al Ministerio a crear la asignatura de Autoecología Social de Infantil a la etapa universitaria

La propuesta analiza la relación entre personas, tecnología y medio ambiente desde una perspectiva evolutiva

La Fundación Atapuerca y la Universidad de Burgos (UBU) impulsan una nueva asignatura sobre Autoecología Social Humana para impartir desde los niveles educativos de infantil hasta etapas universitarias. Se trata de un concepto que analiza la relación entre las personas, la tecnología y el medio ambiente desde una perspectiva evolutiva.

Para ello, ambas instituciones trabajan en la elaboración de un Libro Blanco de entre 60 y 70 páginas que prevén entregar al Ministerio de Educación en verano para que éste valore su inclusión en los currículos oficiales de las etapas educativas de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato, con una proyección e impacto en la educación universitaria.

Así lo anunciaron hoy el presidente de la Fundación Atapuerca, Antonio Méndez Pozo; el rector de la UBU, José Miguel García; el vicepresidente de la Fundación Atapuerca y director del Centro de Investigación Emiliano Aguirre, Eudald Carbonell, durante la firma de un protocolo general de actuación entre ambas instituciones para impulsar la investigación, formación y difusión científica relacionadas con la evolución humana y la Teoría de la Autoecología Social Humana.

En este sentido, Carbonell precisó que “lo mas importante” de este convenio es “empezar ya a ser operativos” y auguró que supondrá “promover un cambio cultural” con el impulso del concepto de Autoecología Social Humana como eje transversal de programas de investigación y como herramienta de adaptación tecno-social al cambio climático. “Es un aviso de dónde va la Fundación Atapuerca”, exclamó, al tiempo que afirmó que “va a cambiar la cultura” y valoró que “empiezan a bajar al suelo las teorías”.

Por su parte, el vicerrector de Relaciones Institucionales, Cultura y Proyección Social de la UBU, Delfín Ortega, explicó que la elaboración del primer Libro Blanco sobre Autoecología Social Humana se presentará al Ministerio de Educación en “junio o julio” que consiste en “un análisis profundo del porqué”. “Un informe extendido pero no solo es un informe sino que es un verdadero análisis curricular con esta parte de fundamentación científica y su encaje en los distintos decretos que están desde infantil a Bachillerato dentro del estado español”, apostilló.

En esta línea, detalló que se trata de “poner sobre la mesa y desde una perspectiva fundamentada el porqué de este nuevo concepto, que va a representar un cambio cultural en los currículos oficiales desde infantil hasta bachillerato y, por supuesto, con su proyección e impacto en la educación superior universitaria”.

Así, añadió que otro de los objetivos es “ver cómo encaja ese concepto en una idea incluso de prehistoria y de evolución humana que hoy, a pesar del avance de los currículos Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato, todavía se calcula en una percepción decimonónica, donde el pasado es el pasado, se queda en el pasado, y el impacto en el presente, ni mucho menos supone ningún tipo de valor para tomar decisiones en el futuro”.

De esta manera, Ortega manifestó que “este tipo de conceptos lo que hacen es simplemente remover los currículos, revisarlos y hacerlos útiles” pero matizó que “siempre desde esa perspectiva de justificación curricular”. “No puede ir la investigación científica, o la investigación jurídica en general separadas; la academia no puede ir con una senda y la educación escolar o esa transposición didáctica por otra”, dijo. “La ciencia experta y la ciencia escolar no pueden ir separadas”, incidió.

Así, apuntó que “lo que va a intentar es dar forma a ese concepto de transposición didáctica en los currículos oficiales”, tanto en el marco regulador estatal como en los decretos autonómicos, y añadió que “se va a hacer un análisis complejo, no solo de la ciencia”. Una vez entregado al Ministerio, señaló que “no hay un plazo estandarizado” para que haya una respuesta y que “depende de la voluntad política”, si bien puntualizó que a pesar de que “no es un procedimiento con unos plazos ni fechas entendemos que no se extenderá demasiado y que en septiembre nos tendrían que haber hecho caso ya”.

 

Otras líneas de trabajo

El presidente de la Fundación Atapuerca y el rector de la UBU subrayaron otras líneas de trabajo previstas en el protocolo sellado en el Laboratorio Reina Sofía del Centro de Investigación Emilliano Aguirre de la Fundación Atapuerca, en Ibeas de Juarros (Burgos). Entre ellas, el diseño de programas formativos y microcredenciales orientados al tejido social y productivo; así como la promoción de proyectos vinculados al turismo de evolución patrimonial, con proyección en entornos rurales y urbanos, tanto en España como en el ámbito hispanoamericano.

El protocolo, con una vigencia inicial de cuatro años prorrogables, se desarrollará mediante convenios específicos que detallarán los proyectos concretos de colaboración. Para su seguimiento se constituirá una comisión mixta, formada por representantes de ambas entidades, que velará por el cumplimiento y desarrollo de las iniciativas.

Con esta firma, la UBU y la Fundación Atapuerca refuerzan su compromiso compartido con la investigación científica, la innovación educativa y la transferencia social del conocimiento, consolidando a Burgos como un referente internacional en estudios sobre la evolución humana y su aplicación a los retos del siglo XXI.

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