Down Valladolid: inclusión plena en la sociedad

Situada en la plaza Uruguay, la entidad es una de las más importantes a nivel nacional dirigida a personas con discapacidad intelectual

Desde el miembro más pequeño con seis meses hasta personas que se encuentran en su etapa de vejez, con 47 años, conforman la asociación Down Valladolid. Fue en 1993, cuando un grupo de padres plasmaron de forma pública que no recibían el apoyo necesario para sus hijos en el ámbito educativo, cuando se constituyó. La organización, 31 años más tarde, cuenta con la colaboración de un centenar de familias y unos socios cada vez más diversificados, gracias a la formación impartida desde la asociación. En la actualidad, situada en la plaza Uruguay, la entidad está solicitando ampliar su espacio al Ayuntamiento de Valladolid.

Down España cuenta con diversas entidades en todo el país. En el caso de Valladolid, está conformada por una junta directiva representada por familiares de personas que tienen síndrome de Down y que es elegida por la Asamblea Nacional cada cuatro años. Con un contacto más cercano a los socios con discapacidad intelectual, se encuentra el equipo de profesionales que llevan a cabo los servicios que demandan las familias.

 

Rubén Cacho / ICAL. La directora de Down Valladolid, María Antonia Juan, en las instalaciones de la entidad

 

Los programas comienzan con la atención temprana, con bebés de seis o siete meses. Cuando llega el momento en el que se incorporan a la etapa educativa, desde la asociación se brinda apoyo logopeda y se coordinan las actuaciones con los centros educativos. “Ellos están en colegios ordinarios como el resto de los niños y nosotros nos coordinamos con ellos para conseguir los objetivos”, explica la directora de la entidad, María Antonia Juan Gamalié.

Tras su etapa de formación, comienza aquella en la que les apoyan para su inserción en el mercado laboral. Down Valladolid tiene una amplia red de colaboración con las empresas que quieren trabajar con personas con síndrome de Down, ya que “desde la asociación, se ofrece apoyo a cada persona en su puesto de trabajo”. En este momento de sus vidas, la entidad imparte talleres basados en las nuevas tecnologías, habilidades sociales, sexualidad o comunicación, entre muchos otros.

María resaltó: “Ofrecemos de todo, todos y cada uno de los aspectos que pueda necesitar una persona para estar en la sociedad como uno más”. Down Valladolid da la posibilidad a sus socios de residir en viviendas de “vida independiente”, en las que llevan una rutina autónoma con ayuda de profesionales para cuestiones concretas como es el caso de la gestión de la economía o “preparar el menú de comida semanal”. “En muchas ocasiones, hay roces de convivencia en los pisos y los profesionales son los que se encargan de solucionarlos”, indicaba.

 

 

Por último, la asociación ofrece el programa de envejecimiento activo y se sigue la misma línea. En esta etapa vital, se realiza estimulación cognitiva y terapia ocupacional con el fin de que no se acelere el envejecimiento. “Cuando acaban la etapa educativa se quedan en tierra de nadie, no van a la universidad, casos muy excepcionales van a bachiller”, expone María.

Al trabajo diario de los profesionales se une el de los voluntarios que participan en el programa de ocio y de deporte. Estas actividades se realizan de forma cotidiana de lunes a viernes, y el sábado son las únicas actividades que se brindan. “El domingo es un día de descanso”, informó. Por otro lado, está el trabajo de María, la actual directora, que se dedica, desde la dirección, a la coordinación del personal y la Junta Directiva. Por último, psicólogas, logopedas y profesionales se encargan del apoyo educativo, mientras “la parte de administración tiene mucho peso”, apuntó.

No solamente están implicadas personas con discapacidad intelectual, sino también con otras discapacidades, dado que “la asociación está abierta y todo el que se acerca es bien recibido”. En la misma sintonía, la directora resaltó que la inscripción, como socio, a la asociación lleva “un procedimiento muy sencillo, la propia persona con síndrome de Down rellena los formularios”. Sin embargo, si las personas que tienen interés son menores de edad, son los padres los que rellenan la inscripción.

Las puertas de la sede en la ciudad vallisoletana se abren desde por la mañana con la primera entrada de los adultos que están en formación laboral, para los que se ofrecen dos acciones formativas con el fin de la incorporación al mercado laboral. Por otro lado, en este mismo horario, se entremezcla la presencia de los socios que no están escolarizados de cero a tres años con servicios de atención temprana. Durante la tarde se producen los apoyos educativos y talleres. “La atención a familias es muy importante, todo aquello que pueda necesitar desde asesoramiento jurídico o apoyo psicológico, se lo damos”, indicó la directora.

 

 

Novedades respecto al año anterior

En cuanto a las novedades de este año, se ha puesto en marcha la primera liga de debate de personas con discapacidad intelectual, en colaboración de la asociación de debate universitario, en la que se enfrentan los equipos y, en junio, María resalta: “Nos vamos a Madrid a competir con equipos de Córdoba, Granada y de toda España”.

El objetivo es lograr la inclusión de las personas con síndrome de Down en la sociedad y se está consiguiendo, ya que algunos de ellos están trabajando en tiendas como Álvaro Moreno, Río Shopping, Decathlon… En la actualidad, “la presencia de los chicos” se encuentra en muchos sectores gracias a la formación diversificada y variada que se está impartiendo “desde aquí”.

La campaña de este año, con motivo del Día Mundial de Síndrome de Down, el 21 de marzo, se representa con el lema #extracapacitados. “Una campaña con mucho apoyo por parte de los medios, y ese apoyo nosotros desde la asociación lo recibimos cada año”, añade la directora. Una de las grandes dificultades de la incorporación en el mercado laboral es el desconocimiento sobre las personas con discapacidad intelectual y, por ello, las charlas de sensibilización “son necesarias”.

A esta falta de información se suma la sobreprotección de muchas familias, a las que se recuerda que “es necesario que apuesten porque su hijo pueda trabajar como cualquier otro”. “Cuando te encuentres con una persona Down, habla con ella desde la normalidad, esa persona te puede transmitir muchos valores”, concluye María.

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