El incremento del 11% del precio del alquiler de la vivienda sitúa la tasa de emancipación juvenil en el 13,8%, dos puntos menos que hace un año

El Observatorio del Consejo de la Juventud destaca que los jóvenes de Castilla y León se van de casa de sus padres a los 30,4 años

Los precios del alquiler y de la compraventa, que se han incrementado en un 10,9 por ciento y un 4,1 por ciento, respectivamente, hacen que el esfuerzo económico para que un joven se independice continúe por encima de los “umbrales de asequibilidad”, hasta llegar a una tasa de emancipación en el 13,8 por ciento en el segundo semestre de 2024 en Castilla y León, que son dos puntos menos que hace un año y es la más baja desde 2006. Todo ello genera que se emancipen con una media de 30,4 años, una edad en la que dejan de ser oficialmente jóvenes.

No en vano, el alquiler de una vivienda en solitario supone el 61,2 por ciento del salario neto mensual de un menor de 29 años asalariado. Además, el acceso a una casa en propiedad con hipoteca requiere 8,3 años de salario neto de un joven, según el Observatorio de Emancipación, elaborado por el Consejo de la Juventud de Castilla y León y consultado por la Agencia Ical.

La emancipación presente un patrón “claramente” ascendente por edad. Mientras solo el 4,1 por ciento de las personas de 16 a 24 años residía fuera del hogar familiar, el porcentaje se eleva al 32,1 por ciento entre quienes tienen entre 25 y 29 años. Además, los jóvenes castellanos y leoneses están en peor situación que los del conjunto de España, ya que el 15,2 por ciento de ellos vive fuera del hogar familiar. Es casi un punto y medio más que la media autonómica.

 

 

La principal barrera para emanciparse y el retraso en la transición a la autonomía residencial son las dificultades para acceder a una vivienda. El precio medio del alquiler alcanzó en el segundo semestre del año pasado un máximo histórico de 680 euros mensuales (+10,9 por ciento interanual), lo que obliga a que una persona joven asalariada tenga que destinar el 61,2 por ciento de su sueldo si quiere vivir sola. En el caso de las personas de entre 16 y 24 años, el esfuerzo se dispara al 82 por ciento. “Es algo completamente inasumible si pretendemos hablar de vida autónoma e independiente”, sentenció la presidenta del Consejo de la Juventud de Castilla y León, Sandra Ámez.

Este desequilibrio, agravado por una subida de precios mucho mayor que la de los salarios, consolida lo que el Consejo de la Juventud califica como “generación inquilina”. Es decir, vivir de alquiler es la opción mayoritaria entre la juventud emancipada de Castilla y León, en concreto para el 34,5 por ciento.

Ante este panorama, compartir casa es una opción cada vez más extendida entre los jóvenes de la Comunidad, con precios de habitaciones que oscilan entre los 230 euros de Zamora y los 315 euros de Valladolid. Entre quienes residen en régimen de alquiler, el 30 por ciento compartía casa con otras personas, lo que supone una subida de once puntos porcentuales en solo un año.

El acceso a la propiedad tampoco ofrece un panorama alentador, ya que el precio medio de compraventa en Castilla y León se situó en 111.140 euros, que equivale a 8,3 años de salario neto anual de una persona joven. La vivienda en propiedad sin hipoteca representó el 30,7 por ciento de los casos, mientras que con hipoteca alcanzó el 27,1 por ciento. “Sin apoyo familia o una situación económica muy estable, acceder a una vivienda e propiedad en Castilla y León está fuera del alcance de la mayoría de los jóvenes”, añadió Ámez.

 

Mejora el empleo

Y todo se da en un escenario con un mercado laboral con signos de mejora. La tasa de empleo juvenil alcanzó en la segunda parte de 2024 el 39,7 por ciento, con una participación especialmente alta en el grupo de 25 a 29 años (70,2 por ciento). Eso sí, persisten la temporalidad (37,7 por ciento) y los contratos de corta duración así como la sobrecualificación, que afecta al 46 por ciento de quienes tienen estudios superiores. La realidad es que la emancipación es más probable entre los jóvenes ocupados, lo que confirma el “papel central” del empleo en el acceso a la autonomía. No en vano, uno de cada cuatro personas que trabaja vive emancipado frente al siete por ciento de los que estudian o se forman.

Otro aspecto analizado por el Consejo de la Juventud es el dato de pobreza, una dificultad “estructural”. Y es que un 30,9 por ciento de los jóvenes se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, proporción que asciende al 47,1 por ciento entre los que están en paro.

Entre las medidas que propone el Consejo de la Juventud de Castilla y León para aumentar la emancipación, están abordar esta cuestión y la perspectiva de juventud como un “eje estructural” en todas las políticas públicas. También, reclama garantizar la inserción laboral vinculada al territorio, que pasa por reducir la “discordancia” entre la educación y las necesidades empresariales; fomentar los compromisos de contratación estable, con salarios “competitivos” y “dignos”; aumentar el parque público de vivienda joven, especialmente en alquiler asequible; impulsar medidas de recuperación de las 360.000 viviendas vacías existentes en la Comunidad, a través de la rehabilitación y recuperación de casas en el medio rural, y, por último, garantizar que ningún joven tenga que destinar más del 30 por ciento de su salario en el pago del alquiler de la vivienda. “La emancipación no puede ser un privilegio para los jóvenes sino que debe ser reconocido como un derecho social básico”, sentenció.

 

Invertir en juventud

Por su parte, el presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León, Enrique Cabero, coincidió en esas demandas al asegurar que es necesario aumentar la inversión en juventud, tanto para lograr el retorno de lo que han salido como para captar al de otras comunidades. “Castilla y León debe ser un territorio con grandes oportunidades para formarse, trabajar y desarrollar un proyecto vital. Y esas oportunidades deben venir de la mano de los jóvenes”, apuntó.

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