La Junta de Castilla y León actualizó hoy el escenario macroeconómico para este año y disparó su previsión inicial de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), que pasa del 1,7 al tres por ciento, para cerrar 2024 con una tasa de paro del 9,6 por ciento. Además, contempla que la economía crezca un dos por ciento en 2025 y que el desempleo se coloque en el 9,4 por ciento, tras crecer los puestos de trabajo cuatro décimas.
En la comparecencia posterior al Consejo de Gobierno, el portavoz de la Junta y consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, informó de la revisión del cuadro macroeconómico, tanto del recogido en los Presupuestos Generales de la Comunidad para este año, como el que servirá de base para elaborar las nuevas cuentas, que insistió el Ejecutivo autonómico prevé presentar.
En este sentido, garantizó que el Ejecutivo regional sigue trabajando en los presupuestos del año que viene, ya cuenta con el informe del CES sobre la ley de acompañamiento, que ahora esta en el Consejo Consultivo, y prevé en próximas fechas (sin especificar) remitir el techo de gasto no financiero a las Cortes para su aprobación, que se asentará sobre un déficit del 0,1 por ciento.
Carriedo destacó que el 80 por ciento de la documentación que remiten al Parlamento regional para el techo de gasto está ya definida, con un mitad sobre la base del cuadro macro y la otra con el déficit, deuda y fondos europeos. Así, insistió en que esperan tener “buenas noticias” pronto y que “en cuestión de semanas” lo puedan presentar. “Trabajamos con la idea de concluir el proyecto”, resumió.
No obstante, criticó que existe una “muy alta indefinición” del déficit, porque aunque han incorporado el dato pactado en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera, podría volver a la última senda aprobada de 2022, si no hay cuentas estatales de nuevo, o que se modifique el 0,1 por ciento por la negociación con los independentistas catalanes. Carriedo remarcó que agregan ese dato de forma coherente con que la Comunidad cerrara el segundo trimestre de este año con una deuda, según el Banco de España, del 18,8 por ciento del Producto interior Bruto, “por debajo del 19 por ciento por primera vez en la última década”. Esta ratio, indicó la Junta, es inferior en 3,1 puntos porcentuales a la media autonómica, que fue del 21,9 por ciento.
Escenario realista
Carriedo asumió que el nuevo escenario está “siempre” sujeto a posibles evoluciones en un contexto geopolítico “muy complejo” pero incidió en que son datos “prudentes” y “realistas”, que han enviado a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) para su análisis. “Esto no evita dificultades, riesgos e inseguridades”, asumió.
El consejero defendió sus estimaciones, que sitúan a la Comunidad por encima de la media de España para este año, cuando está previsto que la economía nacional, según la última actualización del Gobierno, crezca un 2,7 por ciento, con un vaticinio del 2,4 por ciento para 2025.
“Estamos creciendo a buen ritmo y creando empleo”, dijo, para sentenciar que Castilla y León, estará “entre las de mayor crecimiento económico” este año, por su “muy alto nivel de crecimiento de exportaciones” y una cosecha “ciertamente favorable en comparación a la “negativa” del año anterior. Con todo, aunque casi se duplica la estimación de crecimiento inicial, no quiso lanzar las campanas al vuelo, y a pesar de las buenas expectativas, recordó que muchas personas “quieren trabajar y no pueden”, pese a una previsión de tasas de desempleo inferior.
Escenario plurianual hasta 2027
Carriedo expuso asimismo que este año han incorporado un escenario plurianual de previsiones macroeconómicas hasta 2027. En este sentido, cabe destacar que el Gobierno regional estima que para 2026, la economía de la Comunidad, se desacelerará hasta el 1,7 por ciento, con una aumento del empleo en cuatro décimas y una tasa de paro al finalizar el año del 9,1 por ciento.
En cuanto al 2027, el Gobierno regional rebaja una décima la previsión de 2026, hasta el 1,6 por ciento, aunque se seguirá generando empleo a un ritmo de tres décimas, y se concluirá el año, con un tasa de paro del 8,8 por ciento.