La UVa inviste Honoris Causa al alto representante de la UE para Asuntos Exteriores Josep Borrello

Defiende la “buena política”, que es “sobre todo pedagogía”, y apela a escuchar “más allá del ruido y la furia, hoy sin duda excesivos”

El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, desveló que desde la “atalaya” de su cargo ha podido “observar cómo la violencia llama a la violencia y el odio al odio, en una espiral mortífera que deberíamos ser capaces de detener”, en referencia a una situación actual geopolítica mundial en la que Europa, dijo, tiene un “papel en estos tiempos difíciles y peligrosos”, con guerras próximas, en Ucrania, que provoca un “grave riesgo en Europa de desintegración si el conflicto es muy duradero”, y en Oriente Próximo y Medio.

Se trata, prosiguió, del “momento de mayor riesgo geopolítico mundial desde la crisis de los misiles de Cuba y que recuerda a los años 30 del pasado siglo”. “Los problemas han caído sobre nosotros como un río que se desborda continuamente. Los europeos nos hemos convertido en conductores de ambulancia en un mundo en llamas, ejerciendo como buenos samaritanos, como en Gaza, un conflicto que no hemos sabido prever, evitar ni poner fin”, apuntó Borrell, quien habló de dos conflictos, el de Ucrania y Oriente Próximo, con cuestiones territoriales, y cuyas “tensiones se extienden” al resto de Asia, Taiwan y Corea”. “Todas se interconectan a través de bordes geográficos”, argumentó.

 

R. Valtero / ICAL . La Universidad de Valladolid (UVa) inviste como Doctor Honoris Causa a Josep Borrell, actual alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea

 

Borrell fue investido hoy Doctor Honoris Causa por la Universidad de Valladolid, en un acto al que asistieron el ministro de Transportes, Óscar Puente, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, el delegado del Gobierno, Nicanor Sen, y la consejera de Educación, Rocío Lucas. También la presidenta del PSOE, Cristina Narbona. “Es un gran honor. Basta con ver la lista de mis predecesores con esta distinción para sentirme abrumado por lo que representa”, inició su largo discurso, en el que recordó que la UVa fue parte “iniciática” de su singladura universitaria, por la que pasó hace 41 años en un periodo “corto de tiempo” a causa de los “profundos cambios en la política española”. “Al iniciarse el curso 82-83 se formó el primer Gobierno de Felipe González y me llamó para asumir la Secretaría General de Presupuesto y después la de Hacienda, una responsabilidad que asumí durante siete largos años”, comentó.

Borrell profundizó en la cuestión de las guerras actuales, para cuya introducción nombró a “dos ilustres profesores” de esta Universidad, cuya “materia sobrevoló” su discurso. Se trata de Francisco de Vitoria y Bartolomé de las Casas, ambos dominicos. De hecho, sostuvo que el “paso del tiempo no ha quitado actualidad al pensamiento” del primero de ellos, mientras que del segundo, Borrell abordó el “debate definitivo de los derechos humanos, que encontró en Valladolid aires agradables que no disfrutó en las Indias”.

 

 

Señaló que hace cuatro años Bruselas se encontraba ante el debate de la emisión de deuda común “necesaria para hacer frente a la pandemia”. Por ello, abogó por dotar a la UE de un sistema fiscal propio, el “verdadero campo de batalla entre los que consideran que la UE es un club de estados soberanos, vigilante cuando aporta y recibe, mientras otros apuestan por un estado federal, más común y compartido”. Pero esta cuestión “quedó tapada por la situación económica tras la pandemia y las dos guerras”, así como la “amenaza atómica” a Ucrania y al resto de Europa, “aunque no todos los países lo ven así”.

Pero añadió, “la cuestión fundamental es que Europa ha redescubierta la dureza de un mundo áspero y conflictivo, peligroso, para el que no estábamos preparados”. También apuntó que el viejo continente estaba “mal preparado para afrontar la muerte de la pandemia, cuando no se producía ni un solo gramo de paracetamol en Europa ni armas, mal preparados para afrontar la competencia de Estados Unidos y China y que se escribirá en la Historia”. “Y no estábamos preparados porque la esencia del concepto europeo estaba en rechazar a la propia Europa”, cargó.

 

 

Hoy, “una guerra entre europeos está fuera de cualquier mentalidad, pero el reverso de la moneda dice que hay guerras en otras partes del mundo, que parecían distantes”. Un ejemplo es Gaza, donde “todo el mundo proclama el reconocimiento de los dos estados, israelí y palestino, menos el Gobierno israelí, pero nadie hace nada”, por lo que reclamó a la “comunidad internacional mayor implicación”. En este sentido, también acusó al Gobierno israelí de financiar a históricamente Hamás para “contrarrestar al Gobierno palestino”.

Alertó gravemente de la situación en Gaza, donde la destrucción “es mayor que en las ciudades alemanas en la II Guerra Mundial”, y “ha muerto más población que en los últimos 36 años en el conflicto”.

 

 

Borrell advirtió que “la historia se acelera y hay poco tiempo”, en el que los “plazos se miden más en meses que en años”. “Que la Historia se acelere se debe a que unos cuantos actores sean capaces de modificar los equilibrios de poder”, comentó el profesor, quien apeló a “ambicionar ser actores de esas estrategias para influir de forma positiva en la historia de la Humanidad”.

También defendió el papel de Europa para defender el transporte marítimo en el Mar Rojo, “sin entrar en el conflicto”. “La UE no enviará sus barcos a misiones de combate”, comentó. Sobre la ayuda a Ucrania y su rearme, apuntó que “si Rusia consiguiera imponer un gobierno títere en Kiev, sería un incentivo para poder continuar” en otros puntos de Europa. “Ucrania tiene que defenderse y nosotros ayudarle a que lo haga. Pero el objetivo final es la paz”, defendió, “sin llegar a intervenir directamente en esa guerra”.

 

R. Valtero / ICAL . La Universidad de Valladolid (UVa) inviste como Doctor Honoris Causa a Josep Borrell, actual alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea

 

 

Su paso por el Gobierno

Borrell mencionó también su paso por la docencia y comentó que “si las circunstancias políticas de España hubieran sido otras, seguramente” se hubiera dedicado a dar clases. “La buena política es sobre todo pedagogía. El responsable político tiene el deber de hacerse entender por sus ciudadanos, escuchar sus propuestas más allá del ruido y la furia, hoy sin duda excesivos”, se refirió a la actualidad política española.

Recordó que con su entrada en el Gobierno se acuñó el lema ‘Hacienda somos todos’, y “todavía hoy no es cierta del todo”, ironizó, para continuar que vio como España “cambió de piel en las infraestructuras” durante su etapa como ministro de Obras Públicas, “gracias en parte a la pertenencia a la UE”.

 

 

Vocación europeísta de la UVa

El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo, destacó del alto comisionado su “capacidad, mérito, esfuerzo, dedicación, convicción y vocación” y le agradeció a Borrell “enriquecernos con tan dilatada y fecunda trayectoria académica, política y diplomática al más alto nivel”. Largo ensalzó el papel del Instituto de Estudios Europeos de la UVa, que representa la “expresión, quizás más acabada, de la vocación europeísta de la Universidad, ocho veces centenaria”. “Estamos ante un profesor con un dilatado bagaje académico en los campos de los métodos matemáticos aplicados a la economía, a los modelos de crecimiento económico, empleo y redistribución de la renta o al control del gasto público, entre otras aportaciones”.

Igualmente, glosó que el “ejemplo de ilustres personajes, como el profesor Borrell, les servirá de acicate a los estudiantes para comprometerse en el avance de la ciencia y del conocimiento”. “Encarna usted la vieja enseñanza socrática que ha recorrido nuestra civilización: no hay teoría que no sea para la praxis. No hay sabiduría que no invite al compromiso público. No hay verdad que lo sea si no es para cambiar el estado de las cosas”, dijo Largo.

 

 

Tras subrayar la importancia de pertenencia a Europa, sostuvo que ser europeos “deja de ser tanto una opción para convertirse en una convicción”, y esa es “la mejor lección que hoy podemos aprender de su trayectoria”. También mencionó la “Europa de las Universidades”, un concepto que le permitió ensalzar la “promoción del intercambio cultural y científico”.

Para concluir, consideró que las universidades son “esenciales en la construcción de ese futuro europeo” y apeló a que “debe calar la idea de que la inversión en educación superior es, de hecho, una inversión directa en el futuro colectivo y en la prosperidad de nuestra sociedad”.

El padrino de esta investidura fue el director del Instituto de Estadios Europeos de la UVa, Francisco Julián Fonseca, quien ensalzó los méritos de su “amigo” Borrell para ser nombrado Honoris Causa, que se ajustan “íntegramente” a lo previsto en el reglamento de estas concesiones, y que están reservadas “a aquellas personas que destaquen de manera singular en el campo de la investigación o de la docencia, en el cultivo de las artes y de las letras o en aquellas actividades que tuviesen una repercusión notoria e importante, desde el punto de vista universitario, en el terreno científico, artístico, cultural, tecnológico o social”.

 

 

Recordó que Borrell tuvo un “paso corto” por el Departamento de Matemáticas Financieras de la Universidad de Valladolid, hace 41 años, que abandonó por su “implicación directa en la política española y en la preparación del ingreso de España en las entonces ‘Comunidades Europeas’”.

En este sentido, destacó la “importante contribución académica” sobre la integración política europea e hizo referencia a la “dimensión de intelectual comprometido, en particular, sobre la cuestión catalana y sus implicaciones para España y Europa”.

Por último, subrayó la “defensa de valores y de intereses” como “filosofía” del alto representante y que es “preciosa” para los académicos que se dedican a la geoestrategia e integración europea, como es el propio ejemplo de Fonseca.

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