Los pacientes de Castilla y León tuvieron que esperar una media de 116 días para ser operados en 2023, siete menos que hace un año, cuando fueron 123. La cifra cae también sobre el dato de 2021, cuando se cerró en 144, pero aún está lejos de los 94 días con que se cerró la lista en 2019, según los datos publicados hoy por la Consejería de Sanidad y recogidos por Ical. Si se compara el dato con el del tercer trimestre del año, se observa que la lista se ha mantenido en esos 116 días.
Por lo que respecta a los pacientes en espera estructural para una cirugía, el dato se cerró con una caída del 6,2 por ciento sobre el dato de 2022, al pasar de los 33.967 registrados hace un año, a los 31.856 pacientes al acabar 2023. Todo, teniendo en cuenta que el número de entradas en lista de espera fue un siete por ciento más que en 2022 (9.616 pacientes), en un año en el que se realizaron aproximadamente 143.000 cirugías programadas en el quirófano, sin contar intervenciones urgentes ni actividad fuera de quirófano.
Por especialidades, las que tienen menos pacientes en espera son Cirugía Torácica (63), Cirugía Cardiaca (84) y Dermatología (109), esta última con la demora media más baja de todas, situada en 25 días; mientras que las que acumulan más esperas son Traumatología (10.893 pacientes), Cirugía General y de Aparato Digestivo (5.903) y Oftalmología (4.434 pacientes en espera).
Por diagnósticos, los cuatro procesos con mayor número de pacientes en espera de intervención a 31 de diciembre de 2023 fueron los siguientes: cataratas (3.400), hernia inguinal (1.656), artrosis de rodilla (1.563) y deformaciones adquiridas de los dedos (1.411 pacientes). Los quince diagnósticos más frecuentes -entre los que se encuentran por ejemplo las venas varicosas, la artrosis de cadera o las lesiones de hombro- supusieron el 48,36 por ciento del total de pacientes pendientes de entrar en el quirófano.