La actriz Verónica Ronda, criada en Valladolid y formada en la Escuela de Arte Dramático de la ciudad, regresó hoy a orillas del Pisuerga por todo lo alto para presentar ‘Mamma mia!’, que ella misma protagoniza dando vida a Donna, un personaje que en la adaptación cinematográfica de 2008 encarnó la mismísima Meryl Streep. El musical, una enorme producción con 24 intérpretes en escena y otros 31 integrantes del equipo técnico, se representará en 22 funciones en el Teatro Calderón entre el 26 de diciembre y el 11 de enero, con el 60 por ciento de las entradas ya vendidas, según avanzó el director del Calderón, José María Esbec.
“Es un musical para todos los públicos”, subrayó la actriz, mientras la concejala de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, Irene Carvajal, señaló que el montaje, tras 25 años en cartel, ya ha emocionado a 65 millones de espectadores en 440 teatros, en 16 idiomas diferentes, y después de tres años en Madrid, donde tuvo más de mil funciones, acaba de iniciar su gira, que llevará al elenco a Salamanca una vez cumplan con sus compromisos en Valladolid. ‘Mamma mia!’, según explicó Carvajal en declaraciones recogidas por Ical, “representa el encuentro intergeneracional de familias, y es un canto a la complicidad y a la amistad”.
Ronda, por su parte, explicó que en los lugares donde ya se ha podido contemplar la obra el público sale “con un chute de alegría”. “Es un montaje que transforma a la gente”, señaló. Además, confesó sentir una emoción especial al regresar al escenario del Calderón, el teatro donde debutó cuando apenas contaba con once años y formó parte del elenco de la zarzuela ‘Gigantes y cabezudos’.
“Me formé en Valladolid, y aquí hice mis primeros trabajos en óperas, zarzuelas, ballet, con compañías locales con las que trabajé durante más de veinte años. He venido a jugar a casa, estoy muy emocionada y nerviosa”, reconoció. “Mi vida artística está aquí. Esto es volver a las raíces, mis maestros están aquí, aquí hice el instituto y parte del colegio. Todo mi vínculo emocional está en Valladolid, donde mi madre y hermana aún vive”, añadió.
El gran homenaje al amor
Para ella, ‘Mamma mia!’ es “el gran homenaje al amor, no al amor romántico, como nos han vendido las películas, sino a todos los tipos de amor”. “Es un reencuentro con la juventud, un canto a la libertad, un homenaje a la música de Abba, a lo que fuimos y somos hoy día, al amor materno filial, y por eso remueve tanto al espectador”, valoró.
Ella explicó que la obra arranca en su primera mitad como “una comedia de enredo, con un primer acto muy ligerito” si bien en la segunda mitad se torna “más dramática e íntima”. Desde la dirección escénica, Juan Carlos Fisher quiso trabajar un código casi cinematográfico, para que el espectador sintiera que casi invade la intimidad de los actores. “Vamos a introducir a los espectadores de Valladolid en un viaje increíble”, aventuró.
Cuestionada por los medios sobre si el rol de Donna es el reto artístico más importante de su carrera, reconoció que su personaje “es el bombón”. “He tenido grandes personajes y muchos regalos que me ha hecho la profesión en los últimos 23 años, pero Donna me ha llegado en un momento de madurez artística y personal. Tener esos referentes que la han encarnado en cine y anteriores producciones de teatro supone mucha responsabilidad, pero creo que he agarrado el personaje con muchas ganas, viendo qué notas de color le puedo dar”, valoró.
También aplaudió la actriz la “impresionante escenografía” creada para la ocasión por Ricardo Sánchez-Cuerda, y la exigente coreografía, “muy dura”, planteada por Iker Karrera. Este trabajo le ha obligado, a ella y al resto del elenco, a vivir las 24 horas del día con un “entrenamiento casi atlético”, que en el caso concreto de su personaje tiene más exigencia si cabe en la segunda mitad del espectáculo, donde interpreta “cinco temas casi seguidos con una exposición emocional muy alta”, en la cual “controlar el grado de emoción cantando esas notas agudas es complicado”. “Para mí está siendo un reto, y el gran regalo que me ha hecho esta profesión”, resumió.
Sobre lo que el personaje de Donna le ha podido aportar, aseguró que le ha hecho “tener más presente” a su familia. “No soy madre, pero Sophie deja su hogar, y eso hace que me vincule más con las mujeres de mi familia y mis amigas. La función empieza con una mujer encontrándose con gente que no ve desde hace veintitantos años, y la obra me hace tener esa emoción viva en mí cada noche”, explicó. Y sobre lo que ella ha podido aportar al personaje, no dudó en señalar su “locura”; “tengo mucho humor en mí día a día, eso se ve en el primer acto, y la he dotado de mucha emotividad y sensibilidad en el segundo acto”, concluyó.
