Las carreteras de Castilla y León se cobraron este año la vida de 116 personas, un 6,5 por ciento menos de víctimas mortales que en 2022, cuando fueron 123, si bien fue un año “negro», según manifestó la delegada del Gobierno en la Comunidad, Virginia Barcones, hoy en León, donde precisó que la provincia acumuló 25 muertes del total, con lo que casi duplica a las contabilizadas en 2021, cuando fueron 13.
“Cada vida que se pierde en la carretera supone un drama para una familia. Con cada fallecido se va para siempre un padre, una madre, un hermano o un amigo. Cada fallecido genera una herida en una parte de nuestra sociedad, es una herida profunda que tarde en curarse en aquellos que la sufren más de cerca”, subrayó la delegada antes de reiterar un llamamiento a los conductores a “mantener la calma al volante y a respetar las normas de seguridad vial ” y recordar que las distracciones son la causa de más de un tercio de los siniestros mortales.
“Lo primero es poner el cinturón o el sistema de retención infantil; cero de alcohol y drogas”, reclamó a los conductores, además de respetar los límites de velocidad y ser cuidadosos con la fatiga.