La fórmula de promesa o juramento solo dice que los nuevos ministros se comprometen a mantener en secreto las deliberaciones del Consejo de Ministros, pero la mayoría ha añadido ministras, para defender el lenguaje inclusivo.
El primero en prometer su cargo fue el titular de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaño, para poder actuar como notario general del Reino.
La primera anécdota se vivió tras la promesa de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, segunda en prometer su cargo, que al ver a su compañero Bolaños al lado del Rey, no sabía donde colocarse, hasta que se le ha indicado que tenía que volver al lado de sus compañeros.
El primer ministro que no incluyó en su promesa a las ministras fue el titular de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. La nueva ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, lo añadió ‘in extremis’, casi cuando se daba la vuelta para volver con sus compañeros. Pero quien lo hizo de forma rotunda fue la titular de Igualdad, Ana Redondo, quien al leer la fórmula de juramento o promesa dijo con énfasis «Consejo de Ministros y Ministras, ¡por supuesto!».
También se le olvidó añadir ministras al nuevo responsable de la cartera de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, de Sumar, mientras que a su compañera de partido y nueva ministra de Sanidad, Mónica Garcia, se atropelló en el juramento. Estaba muy nerviosa. Teresa Ribera, vicepresidenta tercera fue la miembro del Gobierno más sonriente durante el acto y el Rey también la sonrió.