Bajo el evocador lema ‘Palencia, hereditas romana’, la provincia de Palencia se prepara para conmemorar una fecha señalada en el calendario como es la XL edición del Día de la Provincia este fin de semana en la localidad de Saldaña. La celebración pone este año el foco en el valioso legado romano que atesora Palencia, con las villas romanas de La Olmeda y La Tejada como estandartes de un patrimonio cultural que no solo define la identidad palentina, sino que resuena en el panorama nacional e internacional.
En palabras de Elena Gutiérrez Ruíz, técnico superior de Cultura de la Diputación de Palencia, directora de villas romanas y museos, y doctora en Arqueología y Arte, la cita es una oportunidad para reflexionar sobre la riqueza de nuestro pasado y el compromiso de hacerlo vivo para las generaciones futuras.

El Día de la Provincia no es solo una celebración, sino un homenaje al legado histórico que los romanos dejaron en estas tierras hace más de dos milenios. La elección de Saldaña como escenario no es casual: su ubicación estratégica en el Camino de Santiago y su cercanía a yacimientos como La Olmeda y La Tejada la convierten en un enclave perfecto para destacar la huella romana. Este año, la Diputación de Palencia ha querido centrar la atención en la ‘Palencia romana’, un concepto que abarca no solo los vestigios arqueológicos, sino también la manera en que este patrimonio se integra en la vida cultural, turística y social de la provincia.
Elena Gutiérrez, con una trayectoria de 42 años dedicada a la conservación y difusión del patrimonio palentino, reflexiona sobre la conciencia que los propios habitantes de la provincia tienen de este legado. “Poco a poco, los palentinos empezamos a ser conscientes del legado que nos dejó Roma”, asegura Elena. «Como ocurre en muchas regiones con un rico patrimonio, la proximidad a estos tesoros puede hacer que se perciban como algo cotidiano, casi invisible. Sin embargo, la labor de la Diputación y el creciente interés de los visitantes están cambiando esta percepción, especialmente en torno a las villas romanas de La Olmeda y La Tejada.
La Villa Romana de La Olmeda, situada en Pedrosa de la Vega, es uno de los yacimientos arqueológicos más destacados de España y del occidente europeo. Descubierta en 1968 por Javier Cortés, esta villa palaciega del Bajo Imperio (siglos I al IV) es un testimonio excepcional de la arquitectura rural romana. Con una superficie de casi 4.000 metros cuadrados, el complejo incluye 31 habitaciones, un jardín, cinco pasillos, cuatro torres, una sala de baños templados, talleres y una zona rústica fortificada. Pero lo que realmente distingue a La Olmeda son sus mosaicos: más de 1.400 metros cuadrados de teselas en un estado de conservación extraordinario, que narran historias mitológicas y escenas cotidianas con una maestría artística sin igual.
“La Olmeda es uno de los ejemplos más sobresalientes de la arquitectura rural del Bajo Imperio en España, y es la mejor villa palaciega romana en el campo en todo el occidente europeo”, explica Gutiérrez. Este reconocimiento no es casual: la villa no solo impresiona por su magnitud, sino también por la gestión impecable que la Diputación de Palencia ha llevado a cabo desde 1981. La conservación de los mosaicos es una tarea diaria, con un equipo especializado que limpia, restaura y monitoriza las condiciones ambientales para garantizar su preservación. Tecnologías avanzadas, como la cartografía 3D y los controles de humedad, permiten que los visitantes puedan disfrutar de este tesoro sin comprometer su integridad.
El impacto cultural y turístico de La Olmeda es innegable. En lo que va de 2025, más de 36.000 personas han visitado el yacimiento, y desde la inauguración del nuevo edificio en 2009, la cifra se aproxima al millón de visitantes. Este flujo de turistas, provenientes de todas las comunidades autónomas de España y de 22 países, ha transformado la comarca, impulsando el desarrollo económico y reforzando el orgullo local. “La comarca se ha desarrollado una barbaridad, a nivel población, a nivel económico, el sentimiento que hay en las localidades alrededor, y sobre todo de Saldaña, ha habido un cambio al 100 por cien”, subraya Gutiérrez.
A pocos kilómetros de La Olmeda, en Quintanilla de la Cueza, se encuentra la Villa Romana de La Tejada, un yacimiento más pequeño pero igualmente fascinante. Aunque tradicionalmente se le ha llamado “villa”, los expertos coinciden en que se trata de un complejo termal, una suerte de balneario romano diseñado para el descanso y el disfrute. Sus mosaicos, con motivos marinos y geométricos que evocan al dios Poseidón, son comparables en calidad a los de La Olmeda y a los encontrados en regiones como Túnez o Sicilia. “Los mosaicos tienen la misma factura, con una calidad exactamente igual que los de La Olmeda”, destaca Gutiérrez, señalando la conexión cultural entre ambos sitios y su relevancia en el contexto del Imperio Romano.
La Tejada, actualmente en proceso de modernización, está destinada a convertirse en un nuevo referente turístico, especialmente por su ubicación en el Camino de Santiago, una ruta que, en su origen, seguía las antiguas vías romanas trazadas por Augusto. El proyecto de renovación, liderado por la Diputación, incluye un edificio moderno y accesible, similar al de La Olmeda, con pasarelas que permitirán a los visitantes admirar los mosaicos sin dañarlos. “Es una preciosidad, con una museización especial”, adelanta Gutiérrez, quien subraya la importancia de este yacimiento como complemento a La Olmeda, formando una “circulación patrimonial y cultural” que conecta ambos sitios con el museo de Saldaña.

La conservación de La Tejada ha sido un desafío, pero los esfuerzos recientes han garantizado la protección de sus mosaicos. Durante tres meses, un equipo especializado ha limpiado y documentado las teselas, cubriéndolas con capas de materiales protectores para preservarlas durante las obras. Este proceso, respaldado por un riguroso control científico, asegura que el yacimiento estará listo para recibir a los visitantes en un futuro próximo, fortaleciendo la identidad cultural de Quintanilla y sus alrededores.
El museo de La Olmeda, ubicado en la antigua Iglesia de San Pedro de Saldaña gracias a un convenio con el Obispado, es otro pilar fundamental del proyecto. Alberga una de las colecciones de vidrio romano más importantes del mundo, junto con monedas, cerámicas y objetos cotidianos recuperados de las 600 tumbas excavadas en el entorno de la villa. Entre los hallazgos destacan dos contorniatos, monedas sin valor de circulación que funcionaban como “tarjetas de visita” de la élite romana, incluyendo una del emperador Teodosio y otra del emperador Nerón. “¿Por qué las tenía el dueño de ese palacio? Porque eran como decir ‘aquí me tienes para lo que necesites’”, explica Gutiérrez.
La musealización, moderna y vanguardista, no solo preserva estos objetos, sino que los hace accesibles a todos los públicos, con un enfoque educativo que busca inspirar a las nuevas generaciones. Actividades culturales, como el programa Culturo o la exposición Vitrum, han atraído a más de 4.500 personas en 2025, consolidando el museo como un espacio vivo de aprendizaje y encuentro.
El Día de la Provincia 2025 no solo celebra el pasado romano de Palencia, sino también el compromiso de la Diputación por hacerlo relevante en el presente. Desde la gestión técnica y vocacional hasta la integración de la gastronomía y el entorno natural en la experiencia del visitante, el enfoque es claro: el patrimonio no debe quedarse “quieto”, sino que debe ser un motor de desarrollo cultural y económico. “Hemos recibido un legado de los romanos, nosotros nos tenemos que considerar herederos de ese patrimonio”, afirma Gutiérrez, quien rechaza la idea de “ponerlo en valor” porque “el valor ya lo tiene por sí mismo”.
La labor de difusión, apoyada en redes sociales, páginas web y publicaciones científicas, ha situado a Palencia en el mapa del turismo cultural internacional. La investigación científica, con cientos de estudios realizados por expertos de todo el mundo, garantiza que este legado no solo se preserve, sino que se comprenda en profundidad. “El patrimonio queda en las personas cuando hay una investigación científica”, insiste.
Elena Gutiérrez, quien se jubilará en diciembre de 2025 tras 42 años al servicio de la Diputación, resume su trayectoria con humildad y pasión. “Llegué en silencio, y me gustaría irme en silencio también”. Desde sus inicios como estudiante catalogando objetos en la casa de Javier Cortés hasta convertirse en una referente en la gestión del patrimonio romano, su trabajo ha sido un acto de amor por la historia y la cultura de Palencia. “He trabajado con vocación, con resistencia, con pasión, y sobre todo, siendo sincera con el pasado que teníamos y con el presente”, reflexiona.
Su legado, como el de las villas romanas, es un testimonio de lo que significa ser custodio de la historia. Al mirar hacia el futuro, Gutiérrez confía en que la Diputación seguirá apostando por la conservación y difusión de este patrimonio, asegurando que las generaciones venideras puedan maravillarse con los mosaicos de La Olmeda, contemplar el balneario de La Tejada y aprender en el museo de Saldaña.
El XL Día de la Provincia es más que un evento; es una invitación a redescubrir la riqueza de la Palencia romana y a sentirse orgulloso de un legado que trasciende fronteras. Las villas de La Olmeda y La Tejada, junto con el museo de Saldaña, no son solo vestigios del pasado, sino puentes hacia el futuro, donde la historia, la cultura y el turismo se entrelazan para crear una experiencia única. Como dice Elena Gutiérrez, “tenemos la obligación de conservarlo y llevarlo al nivel más alto”.