El Archivo Simón Ruiz en Medina del Campo (Valladolid) pasa a formar parte del ‘Registro de la Memoria del Mundo’ de la UNESCO

El programa, creado en 1992, busca evitar la pérdida irrevocable del patrimonio documental y hacerlo más accesible al público en general

El Consejo Ejecutivo de la UNESCO hizo pública en la tarde de ayer miércoles la inscripción del Archivo Simón Ruiz, custodiado por la Fundación Museo de las Ferias en Medina del Campo (Valladolid), en el ‘Registro de la Memoria del Mundo’. Este programa, creado en 1992, busca “evitar la pérdida irrevocable del patrimonio documental, es decir, de documentos o colecciones de documentos de valor significativo y perdurable, ya sea en papel, audiovisuales, digitales o en cualquier otro formato, así como hacerlo más accesible al público en general”.

La candidatura del Archivo Simón Ruiz ante la UNESCO fue presentada por la Fundación Museo de las Ferias, institución que desde 2015 conserva y gestiona este extraordinario legado del que es titular la Fundación Simón Ruiz. Ambas fundaciones tienen su sede en Medina del Campo.

Según detallan desde la UNESCO, las inscripciones en el Registro de la Memoria del Mundo tuvieron que suspenderse en 2017, debido a diferencias entre los Estados relacionadas con el proceso de designación. Un importante esfuerzo colectivo permitió rediseñar el procedimiento y las candidaturas se relanzaron en 2021. Ayer miércoles el Consejo Ejecutivo de la UNESCO decidió de forma unánime inscribir 64 nuevos fondos documentales, entre los cuales se encuentra el Archivo Simón Ruiz.

En el expediente se recoge que el Archivo Simón Ruiz es el único caso de fondo documental de un banquero-mercader español del siglo XVI que ha llegado hasta nuestros días, lo que lo convierte en “una referencia imprescindible en todos los estudios sobre el comercio mundial de la época, dado que en aquella época tiempo la Monarquía Española era una de las grandes potencias económicas del mundo”.

En la documentación de este archivo se mencionan o se alude, en mayor o menor medida, a “muchos de los principales acontecimientos y, asimismo, se citan en él a muchas de las principales figuras del comercio y las finanzas de la época”. Sus colecciones comerciales se componen de 184 libros de cuentas, más de 58.000 cartas comerciales enviadas a cientos de ciudades –principalmente de Europa y el Nuevo Mundo–, 28.000 letras de cambio enviadas a 45 centros financieros europeos y 200 listines o listados con cotizaciones de divisas internacionales, entre otras cosas.

 

Incorporaciones variadas

Con estas nuevas incorporaciones, procedentes de 56 países y organizaciones, el Registro de la Memoria del Mundo incluye ahora 494 colecciones del patrimonio documental de todas las regiones. Conservado en materiales tan diversos como la piedra, el celuloide, el pergamino o los discos de metal, este patrimonio emblemático de valor universal se preserva ahora para las generaciones futuras, como los manuscritos persas ilustrados e iluminados, los archivos arquitectónicos de Oscar Niemeyer o los manuscritos del Cuento de Panji.

Entre las 64 colecciones incorporadas este año figuran las obras completas del poeta y filósofo sufí Mawlana, presentadas conjuntamente por Alemania, Bulgaria, Uzbekistán, la República Islámica de Irán, Tayikistán y Turkmenistán; los registros y documentos sonoros del EMI Archive Trust -más de 100.000 grabaciones, que abarcan música, tradiciones urbanas y rurales y creaciones orales, de 1897 a 1914-; o los archivos de la primera reunión del Movimiento de Países No Alineados, presentados por Argelia, Egipto, India, Indonesia y Serbia.

Desde la UNESCO lamentan que “en muchas partes del mundo, los archivos documentales están amenazados, sobre todo en los países en desarrollo”. Las inundaciones y los incendios han destruido miles de registros en papel a lo largo de los años, pero los registros audiovisuales también son especialmente frágiles. Las cintas magnéticas se deterioran y las máquinas utilizadas para reproducirlas son cada vez más escasas. “Es necesario un esfuerzo colectivo para preservar y digitalizar este material, que de otro modo podría perderse para siempre”, advierten.

En las tres últimas décadas, la UNESCO ha creado comités nacionales de la Memoria del Mundo en 94 países. Desde principios del año pasado, la Organización ha ayudado a cerca de 40 países a desarrollar políticas públicas y capacidades para garantizar que su patrimonio documental pueda ser inventariado, protegido y puesto al alcance de todos.

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