El obispo de León, el padre Luis Ángel de las Heras, bendecirá el domingo día 25 de junio, a las 12 del mediodía en la Parroquia de San Juan y San Pedro de Renueva, el nuevo retablo de este templo, una obra realizada por la artista Elena Giménez Balmori y dedicada de manera monográfica a los veinte misterios del Santo Rosario, con pinturas sobre lienzo dispuestas en una composición en cruz sobre el testero de la Iglesia, rematadas por un ático inspirado por la Santísima Trinidad y asentadas sobre una predela con dieciséis bajorrelieves en dorado que evocan otras tanta letanías del Rosario.
Setenta años después de la consagración de esta iglesia, la obra completa el programa iconográfico bajo el arco de la cabecera del templo que promoviera en 1953 el entonces obispo de León, Luis Almarcha, con un retablo único en el mundo porque dedica una representación específica de cada uno de los veinte misterios del Santo Rosario, los clásicos misterios dolorosos, gozosos y gloriosos, a los que el papa San Juan Pablo II añadiera los misterios luminosos.
Cuadros más pequeños, de 162 por 133 centímetros, se alternan con cuadros más grandes, de 225 por 163, con pintura al óleo sobre madera para ir componiendo una calle principal y dos entrecalles laterales desde las que la nueva iluminación destaca la composición de una cruz, rematada al ático por un tríptico dedicado a la Santísima Trinidad y a cada lado a los santos Juan y Pedro, éstos últimos con pintura al óleo sobre lienzo.
El conjunto se remata en la base con una predela compuesta en la técnica de bajorrelieves en dorado por piezas inspiradas a partir de una selección de dieciséis letanías del Santo Rosario que circundan el Sagrario, pieza original que se mantiene del retablo temporal que durante siete décadas ha tenido esta Iglesia de Renueva.
Según Elena Giménez Balmori concebir y realizar esta obra ha sido “un gran reto” porque “representa a Jesucristo a través de la Virgen María y sirve para reconocer que el Santo Rosario es el mejor resumen de su vida, después de los evangelios”. Un trabajo de dos años en el que esta artista se ha sumergido en la pintura clásica y ha contado con el apoyo de personas cercanas que han posado como modelos para orientar la composición y muchas escenas, todo al servicio de un fin principal: “ayudar a rezar, que sea una obra que acompañe a todas las personas en esta Iglesia de Renueva en su oración, para hacer camino juntos desde la oración en este tiempo sinodal que está viviendo la Iglesia”.