La iglesia de San Bonifacio en Espejo de Tera (Soria) consigue la declaración de BIC

Su origen se remonta al siglo XII y conserva la cabecera de época románica

La iglesia de San Bonifacio en Espejo de Tera (Almarza, Soria) consiguió hoy contar con la declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, según aprobó hoy el Consejo de Gobierno de la Junta. Con esta declaración se resuelve un expediente incoado en 1982. Por su vinculación al inmueble, se incorporan a la declaración el conjunto de bienes que contiene, como partes integrantes o bienes muebles.

Asimismo, atendiendo a la ubicación del monumento, integrado en el ámbito que le rodea, se delimita un entorno de protección mínimo que comprende los espacios públicos y parcelas con fachadas vinculadas espacial y visualmente a la iglesia, como ámbito necesario para la correcta percepción del bien, como elemento integrado en el territorio en que se asienta, para prevenir la posible degradación de su valor histórico.

La iglesia de San Bonifacio se localiza en Espejo de Tera, una pequeña población ubicada en la confluencia de los ríos Tera y Razón, en el término municipal de Almarza, en Soria.

Levantada en la zona alta del caserío y aislada del mismo, el edificio presenta una planta rectangular, rematada con cabecera semicircular y tramo recto, de pequeñas dimensiones, con acceso abierto en el muro sur. A ellas se añadieron otras dependencias y un atrio cerrado. Es probable que su origen se remonte a fines del siglo XII, principios del XIII siendo objeto de diferentes reformas entre el siglo XVII y la época actual. Llama la atención su sencillez constructiva y el uso de materiales pobres que caracterizan la arquitectura rural.

Tras las numerosas transformaciones sufridas, el templo conserva de época románica la cabecera, compuesta por un ábside semicircular y tramo recto. El ábside tiene canecillos lisos o de nacela. Tiene dos ventanucos en forma de saetera. La nave responde a una reforma de época moderna. Su interior se cubre con armaduras de madera, aunque en origen presentaría probablemente, una bóveda de horno para el presbiterio y de cañón para el tramo recto.

La parte románica, como el resto de la construcción, se levanta en mampostería con refuerzo de sillares de arenisca. Una sencilla cornisa remata los muros, en cuyos sillares son perceptibles las marcas de la labra a hacha y una marca de cantero.

En el siglo XVIII se lleva a cabo una reforma integral a la que corresponde la construcción de una sacristía al sur, una espadaña adosada al norte del presbiterio y el pórtico. La espadaña conserva dos campanas. En su interior conserva una pila bautismal románica, de forma cilíndrica, decorada por una sucesión de arcos ciegos de medio punto en bajorrelieve, así como una pila de agua bendita de tosca labra, monolítica, quizá procedente de un antiguo pilar.

También se conservan fragmentos de las capas o vestimentas de San Bonifacio que, como reliquias, se sitúan en diversos lugares del interior de la iglesia, así como varias estelas. Una de ellas está incrustada en el muro de fábrica adosado a la espadaña. En el centro del empedrado del atrio se localiza una piedra circular que quizás pudiera ser una estela, aunque sus inscripciones son prácticamente ilegibles

En su interior se pueden contemplar dos testigos de lo que fueran las pinturas murales que decoraban los muros de la nave. Se trata de un friso de arcos de medio punto entrecruzados y un panelado de rectángulos geométricos, en tonos grises y con líneas de marca incisas. Asimismo, bajo el coro, se conserva una franja de una tonalidad grisácea oscura delimitada en su parte superior por una raya longitudinal rojiza, todo ello de difícil datación.

La iglesia conserva las imágenes de San Bonifacio y San Roque talladas en madera, probablemente del s. XVIII y guarda tres retablos, dos de estilo neoclásico y un tercero de estilo barroco.

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