Valladolid para y vibra con la Vuelta

Los vallisoletanos ven por un día alterada su rutina con la disputa por las calles de la ciudad de una de las etapas estrella de esta edición de la ronda ciclista, una contrarreloj con la que disfrutan miles de aficionados

Parar y moverse. Detenerse y vibrar. La Vuelta Ciclista a España trajo hoy la paradoja a Valladolid con una contrarreloj individual con la que disfrutan a estas horas miles de aficionados por toda la zona occidental de la ciudad pero que también alteró la rutina de los vallisoletanos, especialmente de los que trabajan en el centro y en las zonas aledañas al paseo Zorrilla. Todo para que la ciudad se entregara por entero, como afirmó el alcalde, Jesús Julio Carnero, durante la salida, a una ronda ciclista que se ubica entre las tres más importantes del mundo y que hoy recorre 25,8 kilómetros de la ciudad vallisoletana por un circuito netamente urbano.

El día acompaña, desde luego. Sol y temperatura agradable, después de tres días de lluvia que hacían temer por las actividades aledañas a la Vuelta, pero de las que finalmente pudieron disfrutar todos los vallisoletanos y visitantes que quisieron. Tal fue el caso de Juan Carlos y Gloria, dos pucelanos de adopción y colombianos de nacimiento que bebieron con añoranza los refrescos originarios de su país que repartía la organización en la ‘fan zone’ instalada junto a la playa de Las Moreras, junto a galletas, mermelada y otro tipo de productos por los que hacían cola decenas de aficionados.

 

Miriam Chacón / ICAL . X etapa de la Vuelta Ciclista a España, con una contrarreloj por las calles de Valladolid

 

Entre ellos, estos dos seguidores del ciclismo nacional e internacional que viajaron en anteriores ediciones a lugares como Málaga, Cullera, Haro o Salamanca pero que, en esta ocasión, no se tuvieron que mover porque “la Vuelta ha venido a nosotros”. Tal es así, que la etapa la disfrutan desde su balcón, por donde pasan los ciclistas, uno a uno, durante la disputa de una etapa en la que esperan una buena actuación de su compatriota Egan Bernal y en la que destacan la “magnífica organización”, que entre las actividades previas a la etapa, también sorteaba, junto a los patrocinadores de la ronda, diversos premios entre los que se encontraba un viaje a Praga.

Mientras, en el ‘stand’ de Movistar, decenas de personas aguardaban pacientemente cola para montar en una bici Canyon, la misma sobre la que disputan las contrarreloj ciclistas de la talla de Enric Mas. Una experiencia de primera mano de lo que luego verían, midiendo velocidad, vatios y potencia, y de la que disfrutaron Ana y María, dos amigas portadoras de un maillot de la Asociación Española Contra el Cáncer que, con su color azul, se asemejaba al equipo de sus pasiones ciclistas, el Movistar. “Es la primera etapa que vivimos de una gran vuelta”, explican a Ical, mientras señalan que ya tienen sitio ‘reservado’ en la primera curva, en el puente que va de Isabel la Católica a la avenida Miguel Ángel Blanco, para dar también visibilidad a su maillot y la labor de la AECC o de otras iniciativas como ‘Pedaladas para la salud mental’.

 

 

Mientras el helicóptero sobrevolaba de forma recurrente la zona de salida de la etapa, situada precisamente en Isabel la Católica, aficionados como el salmantino Roberto, periodista y autor de varios libros sobre ciclismo, tenía la oportunidad de acceder a la zona técnica donde los equipos preparan el arsenal de bicicletas para que los 162 corredores aún en liza luchen por la victoria. “Es una oportunidad única vivir algo así”, señala en referencia a conocer los entresijos de la Vuelta entre bastidores, circulando, mascarilla mediante por las normas de la organización, por un paseo Isabel la Católica hoy tomado por los autobuses y camiones de los 22 equipos participantes, mientras observaba a ciclistas de talla mundial entre cuadros, ruedas y rodillos para calentar antes de la etapa.

 

Salida escalonada

Para ello, tuvo que llegar bien temprano, a las 8.30 horas, para pasar más de diez horas en Valladolid que, a buen seguro, se le harán cortas pero que, para algunos vecinos, se hicieron demasiado largas. Tal es el caso de Marisa, una mujer de 86 años que no pudo pasar por el mencionado paseo por encontrarse cortado ya desde el día anterior, debido a la ubicación de la salida de la etapa, y que se quejaba amargamente porque, con su edad, no podía hacer la compra en el mercado. “He llegado ayer de viaje y no tengo nada en casa, pero soy muy mayor para dar toda la vuelta”, comentaba visiblemente enfadada y resignada, mientras emprendía el camino de regreso a casa. Como ella, muchos atravesaban la zona de Las Moreras hasta el final de Isabel la Católica para poder atravesar hacia el centro de la ciudad.

 

 

Y es que la Vuelta no solo supuso movimiento de aficionados, de Valladolid y otros rincones de Castilla y León y España, sino también parón en el quehacer diario de otros muchos ciudadanos que tuvieron que buscar alternativas para ir a trabajar, a la compra o a cualquier otra gestión del día a día. De ahí que, en algunas empresas, se apostara para el día de hoy por el teletrabajo, mientras que en organismos como la Junta de Castilla y León, se organizó una salida escalonada de trabajadores desde las 13 horas para intentar evitar la congestión previsible del tráfico a mediodía, con el regreso a casa de muchas personas con todo el paseo Zorrilla y algunas otras zonas de los barrios de Huerta del Rey, Villa del Prado y Parquesol cortadas por el paso de los ciclistas.

Una hora después, a las 14.01 horas en punta, quien comenzó la salida escalonada fue el núcleo de corredores que hoy disputan la contrarreloj individual de la Vuelta a España por las calles de Valladolid. La atención y la mirada fija en la rampa de salida era la tónica habitual entre los aficionados más cercanos al punto de inicio minutos antes, cuando Jesús Julio Carnero dio, junto al director de la Vuelta, Javier Guillén, las palabras de mutua bienvenida de ronda y ciudad antes de que el triple campeón del Mundo en pista, Callum Scotson, como último clasificado provisional de la Vuelta, diese por iniciada, con su pedaleo, la décima etapa.

 

Castilla y León, en familia

Tras él, se siguen sucediendo los corredores. Uno tras otro, con un minuto de diferencia, salen desde Isabel la Católica para atravesar el puente del mismo nombre y recorrer la avenida Miguel Ángel Blanco para serpentear y callejear después por los barrios de Huerta del Rey, Villa del Prado y Parquesol antes de entrar en el paseo Zorrilla y recorrerlo de arriba hacia abajo y vuelta antes de finalizar los 25,8 kilómetros de distancia en la plaza del mismo nombre. Entre ellos, dos castellanos y leoneses. El salmantino Daniel Navarro, del Burgos BH, y el abulense David González, que acompañado por toda su familia, ataviados todos ellos con camisetas de apoyo a su amigo, hijo, hermano y marido, reconocía a Ical que esta era una jornada para “pasar tranquilo” antes de que lleguen las etapas objetivo de su equipo, el Caja Rural: “Las que vienen”.

Su familia, mientras tanto, aseguraba estar “muy contenta”, tal y como relataba su madre, María José, como portavoz de un nutrido grupo que disfruta “cada momento” de la primera participación de González en una gran vuelta como ya hicieron en Valencia y Alicante en las jornadas pasadas y como harán, la semana que viene, en las etapas del norte y en la que regresa a Castilla y León con final en Íscar. Antes de la salida, además, foto con su chica Elena, embarazada del que será el pequeño Luca, que ya cuenta con su pequeño maillot, y pedaleo hacia la zona de salida donde se encontraban ya, desde bien temprano, los miles de aficionados que, en ese punto y en el resto del recorrido, se apostaron para seguir a los mejores corredores del mundo.

Y es que todos ellos pudieron hoy disfrutar en Valladolid de leyendas ya retiradas como Óscar Freire, Purito Rodríguez, Santi Blanco o el gran Miguel Induráin, presentes en la zona de organización y entre el público, o en activo como Primoz Roglic, que busca entrar en la historia con su cuarta Vuelta a España con la que igualar el récord del salmantino Roberto Heras. O Jonas Vingegaard, reciente vencedor del Tour de Francia. O Remco Evenepoel, uno de los ciclistas más espectaculares de la actualidad y que busca revalidar el triunfo en la Vuelta que ya consiguió el pasado año. O Juan Ayuso, la gran esperanza del ciclismo español. Todos ellos arrancarán, a buen seguro, los ánimos de los aficionados apostados en la salida, que no paran de aplaudir y vitorear por todo el circuito a los ciclistas en una etapa crucial para el devenir de la ronda ciclista más importante del país y que detiene hoy, para hacer vibrar, a la ciudad de Valladolid por un día.

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